Si por algo se caracteriza mi familia, es por su buen diente y sus cocineras maravillosas, quienes hacen de mis desayunos, almuerzos y cenas, toda una aventura gastronómica.
La patriarca gastronómica de la familia es mi abuela Anita Abad, y para mi gran suerte, ella vive conmigo, y a diario me deleita con los platos más ricos. Lo norteña lo lleva en la sangre como en lo que cocina, las reuniones no serían lo mismo sin sus clásicos tamalitos verdes (por los que todos se alocan), los Viernes Santos 'no' son Viernes Santos sin su espectacular 'Mala Rabia', y aún a mi edad, no faltan esos días en los que me engríe preparando mi plato favorito, el arroz con pollo.
Uno de los momentos en los que me puedes encontrar más contento es cuando tengo un buen plato de comida al frente, el observarlo fijamente, sentir su aroma, se ha vuelto todo un ritual previo al uso de los cubiertos, en especial cuando se trata de el espectacular pollo al horno con pure de manzana de mi tía Edelinda, cuyo hogar lucía como festival gastronómico hace muchos años, cuando los sabados cocinaba 50 rocotos rellenos o papas rellenas, para saciar el hambre de sus robustos hijos. Y no podría dejar de lado los cuyes que con tanta alegría me preparan mis queridas abuelitas Mashi y Claudita, y los tantos buenos platos que no sé cómo mi mamá prepara con lo poco que queda en el refrigerador, y por supuesto, sus postres, esos magníficos postres que endulzan mi vida y la de mi hermano.
Si bien las comidas en casa ya son un deleite, nunca faltan esos gustitos que uno se da por la calle, sobretodo ahora que en cada esquina se encuentra algo que comer. He aprendido a apreciar la comida callejera gracias a mis primos, devotos del pollo a la brasa (sin ensalada para aumentar papas), de las papas rellenas, mollejitas, anticuchos, hamburguesas royal, y más. Desde un buen 'Tacu Tacu' en el Cordano o un super banquete de KFC hasta un 'chifa al paso' en la av. Colonial, hay diente para todo. Y es algo que va pasando de generación en generación, la huella que vamos dejando; pues ahora los pequeños de la casa son quienes nos sorprenden al ver la felicidad con que degustan lo que mis primas les cocinan, lo que vamos a comer un día fuera de casa, los piqueitos y cosaspequeñas que se preparan o se piden a delivery para ver una película en casa, o simplemente cuando lo que cenaste no llenó el estómago.
Viva la buena comida, vivan los carritos sangucheros, los menús de 4 y 5 soles, los antichuchos de esquina y papa con huevo del mercado. Vivan las mujeres de mi familia que desprenden arte de las manos cuando están en la cocina. Y por último: Coman de todo, sin apuros, coman con cuchara, tendedor, con las manos, con la boca abierta, cantando, escuchando música, viendo tele, coman como quieran...pero disfruten el momento.
2 comentarios:
Creoooo que tu profesion seria ..........
Chefff.........
jajjajajjja
Es que me abriste el apetitoooo...
jajjajjajjaja
tienes razon !!
nuestra comida es lo maximo !!
que bueno que lo dejes tan claro
en esta pagina eh !!
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